Estrofa de Viajando al Fin de la Noche (1991), de Los Suaves. |
Verso de Campo Amarillo (2017), de La M.O.D.A. |
Estrofa de Uprising (2009), de Muse. |
Versos de Thoughts of a Dying Atheist (2003), de Muse. |
Por boca de La Alta Sacerdotisa del Soul
Quizá hablar de la muerte siga sin pareceros bonito, pero, ¿y cantar sobre ella? Vamos a intentarlo con La Alta Sacerdotisa del Soul.
Más conocida como Nina Simone, esta prodigiosa artista nació en un diminuto pueblecito de Estados Unidos en el ya lejano 1933. No es una de las cantantes del s. XX más conocidas hoy en día para el público general (¿y quién lo es?), pero su forma de cantar y su temperamento han dejado una huella indeleble e inconfundible en la historia de la música.
La versión simoniana de Sinnerman, o en castellano Pecador, es la canción protagonista de este post fúnebre, pero hay que recordar que es eso, una versión. Esta fue incluida en su álbum Pastel Blues, de 1965, y ya en los créditos del mismo se decía que la autoría de Sinnerman era "traditional", aunque los arreglos eran obra de la cantante. La versión original de esta canción es imposible de datar, ya que se trata de una canción de tradición religiosa popular en EEUU, cosa que nos da la primera llave de esta casa.
Nina Simone desde muy temprana edad se interesó por la música, mostrando dotes para la misma. En su niñez solía acompañar a su madre -una ministra metodista- a la iglesia de su pequeño pueblo, y es allí donde aprendió y se empapó de esta canción mística. (¡Vaya! ¿Entonces la canción de hoy es religiosa? Pues sí, de esas que tratan de amedrentar al pueblo.) Si no la conocéis o recordáis, la podéis escuchar aquí.
Sin pararnos a escuchar la letra, ya podríamos asegurar que la canción tiene un ritmo endiablado, pero una vez nos paramos a escucharla, descubrimos el relato de una persona "pecadora" que busca refugio en diferentes símbolos de tradición cristiana. Primero lo busca en el río, símbolo del bautismo de Jesús y de la más primitiva forma de entrada a la comunidad cristiana. Después lo busca en la roca, en el elemento con el que se identifica a San Pedro, sobre el que Dios edificaría su iglesia. En tercer lugar el pecador corre hacia el mar, y después hacia el mismo Dios, quien le manda a ver al Diablo. El pecador, sumido en la confusión y el miedo, va en busca del Diablo y se lo encuentra esperándole. Su confusión y su miedo crecen y la canción acaba recreando la caótica sensación de desesperación de un pecador que se ha arrepentido demasiado tarde de sus faltas hacia la ley de su dios.
Como podréis haber visto al escuchar la canción y al leer su letra, esta canción está hecha para, ni más ni menos que atemorizar. La versión oficiosa, más amable al oído, dice que la canción pretendía "ayudar a lxs asistentes a confesar sus pecados". ¿Y cómo íbamos a ayudar a la gente a contar a gente -que no tiene por qué enterarse de nada- sus supuestas ofensas a la ley de un supuesto dios? Pues atemorizándoles con la idea de morir, de morir en pecado, y las consecuencias que ello tiene en las religiones cristianas. La iglesia metodista es de la rama protestante del cristianismo, pero lo de infundir miedo viene en los genes.
Me estoy releyendo (sí, me leo a mí mismo, aunque no lo parezca) y estoy pensando que quizá esto último haya quedado algo fatalista. Ya sé que hoy en día casi nadie se vería coaccionado o empujado a decir algo que no quiere por una canción coreada por 100 personas (xd), pero es que la canción no es de ayer, como hemos visto, y teniendo en cuenta que el Metodismo surgió en el s. XVIII, la canción ha tenido un largo par de siglos de margen.
Bueno, qué. ¿Al final es bonito hablar de la muerte? Pues meh. ¿Y las canciones que hablan sobre la muerte? Pues meh. ¿La canción ha sido buena al menos? Pues meh también...
Estaba de coña. Espero que os haya gustado esta joya tradicional cantada por Nina Simone, así como la -aunque frecuente- turbia intención con la que era cantada. Una vez asistí a unas charlas de un musicólogo sobre música del s.XX y XXI, y en una de las ponencias estuvo enumerando una interminable lista de finalidades que podía tener la música: entretener, transmitir, entender, olvidar, desconectar, concentrarse, torturar, ambientar, concienciar, protestar,... si alguna vez lo vuelvo a ver, le diré que incluya "confesar tus pecados" a la lista.
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Nina Simone en el transcurso de una actuación. |
La versión simoniana de Sinnerman, o en castellano Pecador, es la canción protagonista de este post fúnebre, pero hay que recordar que es eso, una versión. Esta fue incluida en su álbum Pastel Blues, de 1965, y ya en los créditos del mismo se decía que la autoría de Sinnerman era "traditional", aunque los arreglos eran obra de la cantante. La versión original de esta canción es imposible de datar, ya que se trata de una canción de tradición religiosa popular en EEUU, cosa que nos da la primera llave de esta casa.
Nina Simone desde muy temprana edad se interesó por la música, mostrando dotes para la misma. En su niñez solía acompañar a su madre -una ministra metodista- a la iglesia de su pequeño pueblo, y es allí donde aprendió y se empapó de esta canción mística. (¡Vaya! ¿Entonces la canción de hoy es religiosa? Pues sí, de esas que tratan de amedrentar al pueblo.) Si no la conocéis o recordáis, la podéis escuchar aquí.
Nina Simone interpretando una canción alrededor de los años 60. |
Temed a la muerte y confesad
Portada del álbum Pastel Blues (1965), en el que se haya Sinnerman. |
Miiiimimimimi
Me estoy releyendo (sí, me leo a mí mismo, aunque no lo parezca) y estoy pensando que quizá esto último haya quedado algo fatalista. Ya sé que hoy en día casi nadie se vería coaccionado o empujado a decir algo que no quiere por una canción coreada por 100 personas (xd), pero es que la canción no es de ayer, como hemos visto, y teniendo en cuenta que el Metodismo surgió en el s. XVIII, la canción ha tenido un largo par de siglos de margen.
El Pachacho indiferenche en LVM |
Bueno, qué. ¿Al final es bonito hablar de la muerte? Pues meh. ¿Y las canciones que hablan sobre la muerte? Pues meh. ¿La canción ha sido buena al menos? Pues meh también...
Estaba de coña. Espero que os haya gustado esta joya tradicional cantada por Nina Simone, así como la -aunque frecuente- turbia intención con la que era cantada. Una vez asistí a unas charlas de un musicólogo sobre música del s.XX y XXI, y en una de las ponencias estuvo enumerando una interminable lista de finalidades que podía tener la música: entretener, transmitir, entender, olvidar, desconectar, concentrarse, torturar, ambientar, concienciar, protestar,... si alguna vez lo vuelvo a ver, le diré que incluya "confesar tus pecados" a la lista.
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1.330 palabras y Sos una tarada,
pero siempre me acuerdo de vos
cuando estoy escribiendo, Fer M.
pero siempre me acuerdo de vos
cuando estoy escribiendo, Fer M.
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