domingo, 9 de junio de 2019

Ivy Mike

Hace unos días estuve cambiando la bio del perfil de Instagram de este blog. Seguro que nadie se ha dado cuenta, pero ahora la bio, entre otras cosas, dice: "Que no te engañe el nombre." Esto va, lógicamente, por el propio nombre del blog. Eso de llamarse Aplícate al Rock (&) podría hacer pensar que este es un sitio en el que solo se dicen gilipolleces sobre música del género rockero, y no es así: aquí se dicen gilipolleces sobre varios géneros musicales.

Hace poco más de dos meses, mi amigo Franchesco, afincado ahora en Perugia y con el que charlo largo y tendido sobre música, se interesaba por  mi opinión sobre el género Pop. Hay que reconocer que dicho género lleva unos cuantos años a merced de las cadenas distribuidoras musicales, pero eso no tiene por qué significar necesariamente nada. ¿Que en la práctica lo hace? Pues quizá. Pero a la música, como al campo, no se le pueden poner puertas, y siempre hay esquinas por las que alguna gente se atreve y anima a crear y difundir libremente sus propias creaciones, alejados del cobijo y los compromisos de la gran Industria.

Os comento todo esto porque hoy me apetece un montón hablar del que quizá sea unos de los grupos/artistas más prolíficos, talentosos e importantes del panorama contemporáneo -del Pop- nacional: Guille Milkyway, alma máter de La Casa Azul.



Guille Milkyway, en 2018.


Portada de la edición
coreana de La Revolución
Sexual
(2007).
Seguro que todxs lxs aquí leyentes conocéis la archiconocida canción La Revolución Sexual. En su día sonó en todos lados,  y cuando digo todos es todos. El álbum homónimo de 2007 que la albergaba llegó a ser editado en Good Korea Corea del Sur  incluyendo una versión de dicha canción en coreano. La podéis escuchar aquí debajo si gustáis. De vuelta a Occidente, La Revolución Sexual estuvo a punto de ser enviada a Eurovisión en representación de España en el año 2008. Quedó tercera en la votación electora, por detrás de Coral Segovia (?) y de Chikilicuatre, que finalmente fue el encargado de trollear a Europa representar a España en Europa. Cómo olvidarnos, ¿verdad? Pura anécdota.





Pero de eso hace ya más de una década. Hacia finales de 2016 Guille lanzó la primera canción/adelanto del álbum que ha visto la luz en marzo de este año. La Gran Esfera (2019) se ha hecho esperar, y mucho, pero nuestro querido vallesano ha vuelto a dejarnos atónitos presentando este su 5º disco de estudio, un disco en mi opinión excepcional.




La redundancia: Completo de inicio a fin


Antes de entrar al trapo con Ivy Mike me parece justo detenerme un momento a señalar la genialidad que la alberga: La Gran Esfera (2019). Siempre he pensado que escuchar álbumes completos -el lugar de canciones sueltas- aporta un contexto y unos matices que ayudan a crear una imagen más realista de la canción, la etapa y el propio artista/grupo en cuestión.

La cosa es que en muy frecuentes ocasiones eso de pararse a escuchar un álbum entero se hace muy pesado, sobre todo para quien no está acostumbradx a ello. Eso -por supuesto salvando distancias- con este álbum no pasa, y es que es uno de esos álbumes de los que no quieres saltar ninguna pista. Yo lo incluyo en el grupo de esos quizá 20 álbumes que considero completos de inicio a fin, de los que me costaría decidir qué canción descartar en caso de tener que hacerlo.

Si queréis una descripción colorida, documentada y llena de matices, aquí os dejo la review que Elefant Records, la discográfica de La Casa Azul, hace del último álbum de su grupo bandera. Si no la queréis, aquí os dejo el álbum completín y mi palabra de que merece -y mucho- la pena pararse 40 minutos y sentarse  a escucharlo.







El Contexto


La canción del post de hoy efectivamente se titula Ivy Mike, pero la Ivy Mike de la que vamos a hablar ahora no es una canción, es la bomba que da nombre a la canción. Bomba literalmente, ¿eh? Esto me ha quedado como un juego de palabras bastante cutre.

Países posicionados en uno y otro bando.
Mediados de los años 80 40. La II Guerra Mundial ha terminado dejando tras de sí muertos, escombros y el germen de otra gran guerra plantado. La tensión entre los EEUU y la URSS se puede cortar con un hacha y el temor mutuo nace en ambas superpotencias. El resto de países se posicionan y el mundo se divide en dos, pudiéndose notar la Guerra Fría en conflictos de países a miles de kilómetros de Washington o de Moscú.


"Estás desarrollando armas termonucleares."
La cosa estuvo al borde de estallar -literalmente- durante varias décadas. Las dos principales potencias contendientes poseían armamento nuclear, y se afanaban en desarrollar continuamente nuevas y mayores  armas que garantizasen su integridad y disuadiesen a su oponente de desencadenar el conflicto. ¿Paradójico, verdad?


Dentro de ese continuo clima de hostilidad y de carrera de desarrollo armamentístico, los EEUU diseñaron y perfeccionaron una tecnología nunca vista hasta entonces: La Bomba H, también conocida como Bomba Termonuclear o Bomba de Hidrógeno. La URSS, por su parte, hizo lo mismo pero algo más tarde, llegando a crear 10 años después de Ivy Mike la Bomba del Zar que quintuplicaba la potencia devastadora de Ivy Mike y que a día de hoy sigue teniendo el récord de ser la mayor explosión artificial jamás producida.

Esto es: los EEUU han sido los primeros locos de la historia. Los de la URSS han sido los más locos de la historia.




Ivy Mike 💣


Atolón Enewetak con la Isla Elugelab,
antes de Ivy Mike.
El 1 de noviembre de 1952 los EEUU hacían estallar, dentro de la Operación Ivy, la bomba termonuclear que da nombre a la canción del post de hoy: Ivy Mike. Un armazón metálico de 2 m de diámetro, 6 m de alto y 54 T de peso contenía los mecanismos que desencadenarían la explosión. La energía de la detonación fue de 10,4 Megatones (800 veces la energía liberada por la bomba detonada sobre Hirosima) y barrió literalmente del mapa la Isla Elugelab, situada en un atolón del la Islas Los Pintados Marshall. En su lugar quedó un cráter de 1,9 km de diámetro y 50 m de profundidad.

Atolón Enewetak después de Ivy Mike, con
un cráter donde antes estaba la Isla Elugelab.
Lo que también quedó tras la explosión fueron unos altísimos niveles de radiación que costó 239.000.000$ descontaminar 20 años después. Pero vamos, que el mismo gobierno que supuestamente descontaminó las islas reconoce que varias zonas no serán habitables hasta 2030, y debido a la subida del nivel del mar, ni siquiera para entonces. ¿Os imagináis las repercusiones para la población indígena local?
Esta detonación, la 4ª más potente en la historia de los EEUU, generó un bola de fuego de 5,2 km de diámetro en cuyo centro se estima que se alcanzaron los 15.000.000º durante algunas fracciones de segundos, una temperatura aproximada a la que se calcula que hay en el centro del Sol.

La explosión producida por Ivy Mike también produjo la característica nube con forma de seta de las explosiones nucleares, pero de unas dimensiones nunca antes vistas: Una vez estabilizada, 161 km de anchura en la parte alta, 32 km en el tallo y 41 km de altura desde el nivel del mar. Si os fijáis también podréis ver relámpagos surgiendo en los primeros instantes tras la explosión.










Ivy Mike 🎵


Como veis, el nombre -y por supuesto la temática- elegida por Guille Milkyway para la séptima canción de La Gran Esfera (2019), se las trae. Siendoos sincero, la verdad es que me interesé por esta canción porque me gustaba musicalmente -esto no le interesa a nadie-, pero resultó tener una historia detrás más que reseñable -esto sí es interesante-.

Ahora que ya hemos visto la piedra sobre la que se apoya la canción, vamos a echarle un vistazo a algunas particularidades y referencias de la misma a la bomba y a los sucesos que hemos visto



We're stuck in a chain reaction
In a chain reaction, in a chain reaction
Get in the middle of a chain reaction
Of a chain reaction, of a chain reaction.



Empezamos el repaso/explicación con esta estrofa, la última de la canción. La voz distorsionada de Guille y un fondo musical clavado al del inicio de la canción cierran el círculo de Ivy Mike, impregnándola de un ambiente propio del Nirvana, pero aún palpitante.

La reacción en cadena que tanto se repite en la letra de esta estrofa es una forma preciosa de renombrar el famoso "una cosa llevó a la otra", pero es también la forma de la que funciona una Bomba H o termonuclear, como lo es Ivy Mike. En este tipo de bombas, la energía total liberada es la resultante de dos reacciones nucleares en cadena: primero una de fisión y después otra, pero de fusión.

La primera reacción nuclear, la de fisión, es en sí la misma reacción que tiene lugar de manera controlada en los cientos de centrales nucleares que minan nuestro planeta. En estas centrales se rompe un átomo pesado (generalmente de Uranio o Plutonio) en dos más pequeños, y se aprovecha la energía liberada en forma de calor. Además de esa energía, como sabéis, en dicha reacción también se generan un montón de residuos radiactivos altamente contaminantes. Problema ese, el de la radiación, que hace y ha hecho correr ríos de tinta. Y no es para menos.


Cargaditos de plutonio como Ivy Mike
sin nada que perder
al choque nucelar.


La segunda reacción nuclear que es desencadenada en esta clase de bombas es la de fusión. Se trata de un proceso mediante el cual a partir de dos isótopos poco pesados (en este caso de Hidrógeno) se obtiene un único núcleo de otro elemento químico (en nuestro caso, Helio) y (si el elemento químico fusionado tiene una masa inferior a la del Hierro, como es nuestro caso) se liberan grandes cantidades de energía. El rendimiento energético de esta reacción frente a  la utilizada hoy en las centrales nucleares -o sea, la de fisión- es entre 3 y 4 veces mayor. Además de un mayor rendimiento, la fusión nuclear no deja residuos radiactivos, toma como combustible el Hidrógeno -prácticamente inagotable en el planeta- y es más molona porque es la energía de las estrellas.


Miles de millones de protones y neutrones
preparados para fusionar.


Las bombas termonucleares como Ivy Mike enlazan ambos procesos en una misma reacción en cadena. Primero se acciona una reacción de fisión (""poco"" potente y altamente radioactiva) y con la enorme cantidad de calor liberada por la escisión de esos nucleos, se obtiene la energía necesaria para desencadenar la segunda reacción, la de fusión (no radiactiva pero mucho más potente que la de fisión).



Y en plena fuga de energía de los núcleos atómicos

nos entregábamos al amor

y a la belleza visual


De esta manera, combinando los probablemente dos procesos físicos más poderosos con los que el ser humano ha trasteado hasta la fecha, conseguimos unos dispositivos capaces de barrer ciudades de millones de habitantes en segundos. Está claro que cuando nos esforzamos como humanos, logramos cosas grandes.



Y entre la niebla radiactiva, el movimiento sincrónico

de nuestro baile arrebatador

y nuestro encaje mental






Ilustración en la línea
del artwork del álbum
La Gran Esfera (2019).
La canción tiene otras muchas estrofas pero ya sin referencia (o al menos eso creo yo) a la bomba termonuclear que le da nombre. Estas otras estrofas de algún modo ajenas a la bomba tienen corte amoroso y están selladas de contraste: Una letra de corte taciturno, desesperanzado y melancólico le da estructura a unas melodías y sonidos coloridos y vitales. Este contraste, con el que tanto trabajó Kubrick en la gran pantalla, es un elemento omnipresente en el álbum, y casi marca personal del propio artista.



Sin más ni con menos, me despido como siempre, esperando que leer el post os haya prestado tanto como a mí escribirlo. ¡Alón! Nos vemos, como siempre, a través de Instagram (@aplicatealrock), de Twitter o de la página de Facebook de AAR(&).
2.037 palabras y la
esperanza que pasó
a ser alegría.

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