miércoles, 31 de octubre de 2018

La Flor

Hace cosa de, no sé, dos meses más o menos, os dije a través de Instagram (@AplícatealRock) que me recomendáseis algún grupo/artista que os gustase y que pensáseis que me podría gustar a mí. Me pasásteis un montón de música -cosa que os agradecí y agradezco enormemente porque es todo un regalo- y desde entonces he ido escuchando algunas de esas recomendaciones siempre que me apetece y siempre que estoy de humor para saborear algo nuevo. Muchas gracias @yol_14 @boom.bii @p_aaaaab @_absolution__ @danielanmih @ainho27_ @merynotmorstan @migueabril5 @pedrofficial8 @elenapacha @hoyas_am @annbotticelli_ @ainhoafernandezguffi @_il13 @sarajdr @angelg111 @aliciavillav @raquelros98 @mri52643 @fer.miguez @yaiza.gmp, aún tengo pendientes muchos artistas de los que me pasásteis.


Portada de Especies en Extinción (2012).
Uno de esos artistas/grupos que me pasásteis fue Rulo y la Contrabanda. Casi seguro que habéis oído alguna vez hablar de ellos, en mayor o menor medida; de una o de otra manera. Yo estaba en esas. Más de una vez me habían recomendado escucharlo/s, pero nunca me había animado. Hasta hace unos días: Una amiga se fue a un concierto de Rulo y volvió contándome maravillas de él. Le dije que me recomendase canciones en plan Greatests Hits, y ella me pasó algunas, haciendo enorme hincapié en una de ellas: La Flor se llamaba. Se trata de la novena pista de su segundo álbum de estudio, Especies en Extinción, publicado en 2012.  Su letra y el que creo que podría ser su mensaje, es una genialidad que goza, por desgracia, cada día de más vigencia.








El Despropósito


Este de aquí encima, como habréis adivinado, es el videoclip de esta fantástica canción. Yo lo he visto después de haber escuchado unas cuantas veces la canción y he de deciros que, sinceramente, para mi gusto no le pega nada. Es un despropósito como videoclip, me chirría por todos lados. Los planos de Raúl -Rulo- cantando mirando a la nada, las flores que aparecen sonrientes, las palabras en los carteles que sujetan quienes van apareciendo en el videoclip, ... no sé. No tengo ni puta idea de cine ni de fotografía, pero este videoclip le sienta tan bien a la canción como una patada en el estómago. Os recomendaría que escucháseis la canción al menos una vez sin pararos a ver el videoclip, pero después de que lo haya puesto a parir seguro que queréis verlo. Para despropósito, el mío, pero ¿qué le vamos a hacer?



La Canción


Os decía hace un momento que la letra y el que creo que podría ser uno de sus mensajes gozan cada día, por desgracia, de más vigencia. Da la sensación de que una de las epidemias que más cola va a traer en este siglo XXI es la soledad. Sí, la soledad y os lo digo con toda sinceridad. Parece que, en un mundo cada día con más gente, con mejores formas de comunicarse, y con caminos cada vez más cortos, las personas estamos cada vez más aisladas, más solas. El mero acto de comunicarse con alguien se está convirtiendo en un hito, en un verdadero evento. ¿A caso no nos sorprendemos cuando encontramos a alguien con quien conectamos? Echad cuentas un segundo, ¿a cuántas de las personas que habéis conocido en el último año las podríais meter en este saco? 


Dice que en la ciudad siempre se siente sola,
nadie sonríe a nadie y nadie le da bola,
así quema las horas. 
Dice que entre cemento no existe poesía
no hay sitio pal' color y ya nadie le fía
en la Calle Alegría.


Tengo una amiga a la que -como ella misma dice- se le da mal dejar de querer. Cuando leí esa frase en una conversación con ella, el concepto que supone me pareció algo precioso, aunque el contexto que rodeaba a la situación era triste y lloroso. Me gustó porque lo que hay detrás de esa frase no deja de ser un corazón enorme que valora el antídoto de la epidemia que cada día nos acecha más a todxs. Quizá algunx penséis: "Joder, vaya drama tío, tampoco es para tanto." Os ruego que lo penséis dos veces. Toda la vida se nos dijo aquello de que un amigo es un tesoro, y yo no sé si es que hasta ahora no me había dado cuenta de ello o si es que cada día quedan menos tesoros por ahí.



Hoy encontré una flor en un paso de cebraquería cruzar en rojo, saltar desde la acera,mandar todo a la mierda.Su raíz no encuentra tierra...

En su día me llamó la atención cierto verso de La M.O.D.A en su canción Vals de Muchos. Éste decía así: "Un futuro lleno de personas sanas, ricas, solas." No sabría decir si es una afirmación, una condición, una predicción, un aviso o quizá una sentencia. No lo sé ni querría saberlo, pero está claro que son varios los artistas que reflejan esta realidad social, -la de la creciente y asfixiante soledad- en sus letras; ya sea a través de historias en tercera persona o de cuchilladas en letras agradables al oído. Respecto de ese verso y de tantos otros del mismo álbum, el vocalista y el acordeonista de La M.O.D.A dijeron en una entrevista para el diario Público"Hablamos de personas y la situación es que cada vez vivimos más separados unos de otros. Vivimos en un momento en el que la sociedad está aislándonos cada vez más. Cada vez somos más individualistas y nuestras relaciones son más artificiales. Sobre todo a través de estos aparatos [señala el teléfono que está encima de la mesa], de las redes sociales."



Y en los escaparates, detrás de los cristales,se burlan de ella las flores artificiales;No necesitan aire, tampoco primavera,

no necesitan agua, ni nadie que las quiera.

Entre el humo y el ruido la tarde se acelera,
en este mar de gente es infeliz cualquiera.


La letra de esta canción ya os he dicho que me parece excepcional, pero quiero remarcarlo. En esta estrofa Rulo nos ofrece un símil vistoso y cargado de significado. (Al menos así lo interpreto yo, claro). Estos versos son piedras arrojadas contra los cristales de los mayores escaparates del sXXI: los cristales de nuestras pantallas de teléfonos, tablets, ordenadores y televisiones. Estamos bombardeados por imágenes de modelos de vida supuestamente exitosos en los que la fama, el glamour y la comodidad son la cima a la que el ser humano debe y quiere aspirar. Nos venden y han convertido el dinero en la escalera con la que alcanzar esas cimas y su supuesta y vacía felicidad. Estos escaparates deformadores de la naturaleza y finalidad humana alteran o incluso desvanecen nuestros rumbos vitales por completo, y es que todo camino cambia cuando cambia su destino. No hay forma de ser humanos tratando de alcanzar metas ajenas a nuestra naturaleza. No hay humanos en una carrera artificiosa donde gana quien más dinero tiene: hay seres vacíos que se creen felices, y hay gente infeliz y sola que, lejos de encontrar alguien con quien conectar, no se encuentra ni a ella misma.




En este mar de gente es infeliz te juzga cualquiera


Hace nada, poco más de una semana, hablaba con un colega sobre este mismo tema, el de la creciente soledad en la sociedad. Le saqué el tema con un enunciado más o menos elaborado, en uno de esos sobrecogedores viajes nocturnos en coche y dando tiempo a una respuesta que yo pensaba tardaría algunos segundos en cavilar ya que nunca habíamos tratado antes ese tema, pero no fue así. De inmediato, casi cortándome, dijo: "Pero eso está más que claro, hoy encontrarse con alguien con quien poder hablar es rarísimo, es un milagro." He de decir que aunque no me aportó mucho, la rotundidad de su respuesta me sorprendió sobremanera.

Tengo otro colega que siempre me dice que soy gilipollas. No le falta razón al hijo de puta, pero el caso es que él me lo dice porque siempre trato de verle el lado benevolente a los actos de las personas, sobre todo de aquellas que no conozco. Más de un día me he parado a pensarlo y a valorar, en plan: "¿Debería dejar de hacer esto?", y nunca he llegado a otra respuesta distinta del "no", porque no sería capaz de entender un mundo sin empatía. Quizá la cura para esta epidemia social del sXXI -la soledad- pase por ahí, por la empatía, por el no prejuzgar -ni siquiera juzgar- los actos de los demás. Al fin y al cabo, tampoco sé de dónde coño sale la supuesta superioridad moral con la que nos animamos a decir que alguien hizo algo bien o mal teniendo en nuestras manos más miedos y prejuicios que datos.





Nada más por esta vez chicxs. Seguiré escuchando vuestras recomendaciones y demostrando o denostando la vigencia de canciones como estas. ¡Nos vemos!

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1.490 palabras y es
todo un puto sueño
de Resines.
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