sábado, 5 de marzo de 2016

Tan Sólo

Hace ya unos días, concretamente por las pasadas navidades, recibí dos álbumes como regalo. El acierto, como no podría ser de otra forma, fue pleno. Me encantaron. Ya no sólo por los dos pedazo de álbumes que eran en sí (Grandes Éxitos y Fracasos Volumen 2 de Extremoduro y A Day at the Racers de Queen), si no también por el formato, por la magia que un CD, un libreto y una carcasa de plástico consiguen capturar.


Hay quien no acaba de verle la gracia a gastarse en torno a 17€ por tener en sus manos algo que puede escuchar perfectamente, y gratis, en Youtube. Si lo piensas analíticamente, esos 17€ te dan para contratar una buena tarifa con la que descargar (legalidad aparte) la discografía de todos los grupos que quieras. O si no tienes ordenador, esos 17€ te dan para estar una pila de horas en cualquier cíber y allí descargarte lo que te de la gana, o incluso imprimirte los libretos de todos los álbumes que quieras. Así visto, fríamente, comprarse un CD es desperdiciar el dinero. Pero, ¿de verdad comprar un CD es un despilfarro?


Si cojeáis del mismo pie que yo, estoy seguro de que tras esa pregunta habréis pronunciado un "No" para vosotr@s mis@s. Si, yo "cojeo" de ese pie, del de ver cada álbum como una joya. Claro que no todos son algo excepcional, todo depende de los gustos de cada uno, pero a lo que me refiero es que, para mí, un álbum puede ser como un buen libro para el amante de la lectura, o como un buen film para los amantes del cine. Un álbum puede impregnarse del olor de la época en que era lo único que escuchabas, un álbum puede marcarse con las huellas del camino que recorrías en los días en los que hacía de banda sonora de tu vida, un álbum puede ser la melodía que le daba algo de unidad a los cientos de pensamientos que te inundaban, o puede que un buen CD sea un cajón húmedo de fotografías; tuyas, de tus amigos, (de los de toda la vida o de los que fueron y ya no son), o de tu familia. Un buen álbum es un momento, un recuerdo, un olor.


Como os decía al principio, hace muy poquito llegaron dos tesoros más a mi pequeña "colección" de álbumes. Los cogí con muchísimas ganas, y los escuché mil veces, pero los recién llegados también me hicieron echar un vistazo a los más veteranos. Algunos de ellos llevaban realmente mucho tiempo sin ser escuchados, y en especial uno, el primer álbum que tuve. Éste inexplicablemente llevaba años olvidado en la estantería.

Portada de Estopa, 1999.
 
Estopa se titula, y fue un regalo que me hizo mi padre cuando tenía 5 u 8 años. Por aquel entonces no tenía ni puta idea de música claro (menos aún que ahora) y recibí aquel álbum con la ilusión que le hace un regalo de su padre a cualquier crío. He estado intentando hacer memoria a cerca de por qué me lo regaló, y después de haber escuchado todo el álbum dí con el leve recuerdo de un comentario que mi padre hizo al dármelo. Era algo como: "Escucha la canción número 9, bueno, escúchalas todas, pero presta atención a la 9 y dime si de mayor quieres que te pase eso."



Contraportada del álbum Estopa, 1999.


Como veis, la novena canción es Exiliado en el Lavabo. Una balada espectacular que congela la realidad de un chico que se ha destrozado la vida a causa de las drogas. Yo con mis 8 añitos la escuché y entendí poco mas que una mierda, pero recuerdo que la música me encantó, y la escuchaba una y otra vez, al igual que el resto del álbum. Poco a poco y sin darme cuenta esa música se fue llenando de recuerdos, recuerdos que hoy, al escucharlo de nuevo, me arrancan la sonrisa de quien ojea fotos de su niñez.



Respecto al álbum en sí, Estopa fue el álbum debut del grupo homónimo formado por los dos hermanos Muñoz. Lanzado en 1999, el álbum alcanzó las 1.200.000 copias, obteniendo el record de ventas para un álbum debut en España. Ese CD y la gira Ducados les hizo ganar varios premios de talla nacional, a la vez que a tocar por toda España y países de Sudamérica. Fue el acontecimiento musical que los situó en lo alto del panorama musical español, un lugar que -para bien o para mal- nunca han abandonado. Siguen siendo referentes musicales.

Hoy, la referencia al hablar de este álbum es la canción número 9, Exiliado en el Lavabo, pero es la canción número 4 la que me ha hecho escribir este post. Era y es la que más me gustaba, a pesar de que no la entendía, y es la canción cuya letra, después de años sin escucharla, aún recuerdo. Se titula "Tan Solo", y echando la vista atrás, a esos días de la niñez, puede que se trate de un ejemplo de que la música hay que sentirla, más allá de lograr entenderla. 

Ésta es, y el propio David al introducir esta canción en los conciertos, dice que "es una canción dedicada al barrio de cada uno". Os encantará (?).









La canción comienza con una sección de viento acompañada de cuerda. Esta sección fija el carácter de la canción, y sirve de clamada transición entre la pista anterior, "Me Falta el Aliento", y ésta pista número 4. Tras habernos situado en un contexto mustio y melancólico, la cuerda y el viento desaparecerán para dar paso a la voz de David, que arrancará esta narración en primera persona con dos frases enigmáticas.



Me siento tan vivo
pero tan enterrado
ahora estoy huyendo sobre suelo mojado, mojado...
se parece a ti

 


Siguiendo ese carácter mustio que determinó la primera sección instrumental, nuestro protagonista reafirma su vitalidad anteponiéndola a la muerte. Está y se siente vivo, pero no por su propio carácter y personalidad, si no por estar rodeado de muerte. En su propia metáfora; como alguien a quien han enterrado vivo. Se siente tan vivo de estar en el lugar al que pertenece, pero tan enterrado de saber que allí, en su casa, no está lo que viene buscando.
Trata de dejar atrás esa marchita sensación, y se aleja impaciente por un húmedo laberinto de calles rememoradas. Húmedas como la cara y el recuerdo de la mujer con la que un día las recorrió.


y que no me digan
que vuelvo a estar borracho
sólo estoy dormido sobre el colchón más guarro,
tirado en la calle
cerca de tu barrio



El propio David al introducir esta canción en los conciertos, dice que "es una canción dedicada al barrio de cada uno". Aqui esa referencia se hace muy visible al utilizar el símil de un vagabundo sobre un sucio colchón para expresar que es uno más que se encuentra mal por el mismo motivo que tantos otros. No especifica el lugar, pero si expresa la relativa cercanía y usualidad. La cercanía a la casa y al día a día de cada persona. Dicha referencia también se hace presente en las dos primeras frases, que escenifican las habladurías de las malas lenguas propias de, resumiendo, "el barrio de cada uno".


Y ahora se pone a llover
vuelvo a mi cama de siempre
pero sigo estando
tan sólo, tan sólo, tan sólo, tan sólo
¿dónde me voy a coger?


La situación le sobrepasa y vuelven las lágrimas, la lluvia. Regresa al lugar mas simbólico de sus orígenes, pero eso no le hace sentirse mejor. Esta vez no son sus raices las que le van a hacer sentirse completo. No es su barrio el lugar en el que va a encontrar lo que le falta para dejar de estar vacío, sea lo que sea lo que lo llene, allí sólo está él.
 

y ahora vuelvo a reaccionar
se me cae el reloj encima
no puedo aguantar más esta historia de miedo
¡apaga la tele ya!



El agobio lo invade, y se convierte en su propia víctima. Víctima del tiempo que ha derramado pensando que volver al lugar del que procede era lo que faltaba en su vida. No puede soportar la idea, a penas puede creerse la historia.



He perdido el rumbo
la noción del tiempo
un callejón oscuro dibuja un entierro
¡se ha muerto la luna!
¡ qué se calle el viento!



Unas notas tristes de bajo introducen una de las mejores estrofas que conozco de este grupo. En ella, las dos primeras frases continúan con el mensaje de la estrofa anterior; tras encontrarse con la nada y sin tiempo al volver a sus raices, "ha perdido el rumbo y la noción del tiempo". Y las dos últimas frases, bueno... qué decir de ellas.




Una luz a lo lejos alumbra una figura
que parecía la gloria pero...
sólo era el camión de la basura
haciendo su ruta


 
De pronto una esperanza, una luz que augura respuestas y razones, pero solo era un espejismo obra de su propia esperanza. Como cada día y congelando de nuevo un momento más del día a día de cada barrio, nada excepcional.



parece una eternidad
nunca acabo esta botella
porque sigue estando
el fondo cada vez más lejos
siempre vuelvo a vomitar



Esa incertidumbre, esa falta de respuestas parece no tener final. Ni el volver al lugar en el que tanto ha vivido le hace querer respirar. Sigue sin razones, sin motivos, con todo y sin nada, vacío, sólo... pero lleno de nauseabundas preguntas que vuelven a llenar la botella de desesperanza que es incapaz de tragar.



Y aquí se está cayendo el cielo
no tengo a dónde ir
me duermo en cada esquina, están hechas para mí,
ahora no te reconozco no me acuerdo, no sé,
lo siento no puedo recordarlo todo.


Y ahora se pone a llover
vuelvo a mi cama de siempre
pero sigo estando
tan sólo, tan sólo, tan sólo, tan sólo


Y ahora mi casa vuelve a arder
 vuelvo a mi calle de siempre
pero sigo estando
tan sólo, tan sólo, tan sólo, tan sólo



Para terminar, esta pista número 4 cambia de melodía pero conserva el mismo carácter. Los hermanos Estopa deciden cerrar la canción con una estrofa diferente y con la repetición de la tercera y la octava ligeramente modificadas. De estas tres, la primera enfrasca a grandes rasgos parte de la esencia de la canción, y abre la puerta a la dualidad de significado e interpretación con las dos últimas frases; ¿Son esas las palabras que parece entonar el barrio que te vio crecer o son las de la única persona que un día amaste?

Esa es la única duda que parece dejar esta canción, y siguiendo el enfoque que hemos tomado a partir de las palabras con las que David introduce la canción en directo, parece que la cosa está clara. De todos modos, esto es arte, y cada un@ es libre de interpretarla como quiere. ¡Será un placer conocer vuestra forma de interpretar esta canción!




Y para cerrar este post -que espero que os haya gustado al menos la mitad de lo que me gusta a mi esta canción-, iba a poner una versión muy famosa de esta pista en la que el cantante Albert Pla colabora con Estopa. Iba, si, iba, hasta que la escuché. Es solo mi opinión ¿eh? Pero la otra versión me parece más que mediocre, una broma. Es salpicar de mierda una genialidad, por muy espectacular que quisieran hacerla. De todos modos, aquí la podéis escuchar y juzgar por vosotr@s mism@s. 


Hasta aquí este post rocker@s. ¿Qué os ha parecido? Al menos la canción yo creo que es espectacular. Pero como siempre, esperamos vuestras opiniones! Sean cuales sean ;). Ya sabéis, en los propios comentarios del post, en Facebook o en Twitter, como mas cómodo os sea a vosotr@s.
Un saludo chic@s,  larga vida al Rock.



1.994 Palabras sobre lo que
puede guardar un álbum.
Aplícate al Rock