Hoy para empezar con el post, quiero haceros una pregunta. No tiene respuesta correcta o incorrecta y tan sólo tenéis que quedaros con los "nombres" que os vengan a la cabeza en los 3 segundos posteriores a leer la pregunta, debe ser algo espontaneo. No os dejéis engañar, y que no os despiste el collage. Fácil, ¿verdad? Ahí va: ¿Cuáles son tus tres artistas musicales mas admirados a nivel mundial?
Para esto os preguntábamos lo de este tweet. |
Y bien, ¿qué tres artistas se os han venido a la cabeza? Entre los lectores y lectoras de este blog sabemos que hay much@s fans de Extremoduro. A vosotr@s os pregunto: ¿Cuánt@s habéis incluido al inigualable Robe Iniesta entre vuestros tres elegidos?
Robe Iniesta en un concierto de la última gira de Extremoduro. |
Estoy seguro de que en lo precipitado de esos tres segundos muchos de vosotros os habéis "olvidado" del genio de Plasencia, a pesar de que sus letras y canciones seguramente estén grabadas a fuego en vosotros. Otros lo habréis omitido "adrede", ya que aunque os guste, no llegue a ser para vosotros un referente musical esencial. Y finalmente para otros es probable que ésta sea la primera vez que oís el citado nombre. Por cierto, si nos leéis desde el otro lado del charco y nunca habíais oído hablar de Robe Iniesta ni de Extremoduro, para que os hagáis una idea os diría que Robe Iniesta es a España y su rock lo que Gustavo Cerati es a Latino-américa y su rock. (Espero no haberme columpiado mucho).
Pero volviendo a los primeros, a los olvidadizos; ¿Qué ha pasado? ¿Dónde ha quedado Robe? En verdad son dos buenas preguntas. Es cierto e indudable que cualquier persona a la que le gusta y conoce el rock español ha oído y conoce la música de Extremoduro, de Robe Iniesta. Incluso hasta la gente de gusto musical "pobre" ha escuchado alguna vez alguna canción de los extremeños, ya que ciertas canciones del grupo se han hecho... digamos que virales. Ya me entendéis.
Y vuelvo a preguntar: ¿Qué ha pasado? ¿Dónde ha quedado Robe? Si el arte no tiene barreras y si la música es el cuarto arte, ¿por qué el apellido Iniesta no es tan conocido en el mundo de la música como el apellido Dylan? Quizá -y digo esto con sabor a mierda en la boca- si Robe hubiese nacido en otro lugar, a día de hoy la música de Extremoduro sería escuchada y reconocida a nivel mundial. Aunque, por otro lado, también es lógico pensar que Extremoduro no sería lo mismo "no sería" lo que son si el destino los hubiese ido a plantar en otra tierra que no fuera su Extremaydura.
Solo nos queda divagar, ya nunca lo sabremos.
Solo nos queda divagar, ya nunca lo sabremos.
Pero bueno, ya me dejo de críticas de concursante de GH expulsado. Como habréis "adivinado", la canción que es protagonista del post de hoy es obra de un hombre para el que cualquier adjetivo parece quedarse corto. Esta obra de 6:19 tiene por título Guerrero, y es la séptima y penúltima canción del álbum Lo que Aletea en Nuestras Cabezas (2015).
Preciosa portada, ¿no os parece? Hace un momento estábamos hablando de Robe Iniesta y del grupo del que es vocalista y letrista, pero éste álbum, protagonista indirecto del post, no es fruto del grupo Extremoduro. Este es el primer paso de una aventura por separado del propio Robe. Recientemente nos hemos enterado de que el segundo paso de esa aventura personal está mas cerca de lo que pensamos, ya que al parecer un segundo álbum ya está tomando forma. Todos los rumores surgieron junto con un desencajandor vídeo titulado Atontamiento Global que fue subido a su canal de YouTube el día 20 de este mes.
Volviendo a al álbum del alcaudón, las críticas hacia el mismo (de un sonido muy característico y alejado de los inicios musicales del propio Robe) ocuparon todo el espectro os podáis imaginar; Desde "Oh Dios mío, que bueno!" -desafortunada expresión en verdad- hasta el "Menuda mierda la que lleva haciendo Robe de diez años para acá." Sirva este post - dentro de su inutilidad - para reconocer a uno de los quizá tres artistas mas influyentes en la música española, creador del -para mi gusto- mejor álbum que ha visto dicho género: La Ley Innata (2008).
La verdad es que la forma de escribir el post de hoy hace justicia al título del álbum. Hacía tiempo que no me drogaba de esta manera antes de escribir, así que a ver qué os parece el cuento totalmente arbitrario que ha revoloteado en mi cabeza mientras escuchaba una y otra vez la discografía de Robe y de Extremoduro. Es broma "-claaaaro-", ésta es la canción protagonista de hoy, ¿ya la conocíais? :D
Éste es el simpático pájaro de la portada de Lo que Aletea en Nuestras Cabezas, distinguido por empalar a sus pequeñas presas para comerlas más adelante. |
La verdad es que la forma de escribir el post de hoy hace justicia al título del álbum. Hacía tiempo que no me drogaba de esta manera antes de escribir, así que a ver qué os parece el cuento totalmente arbitrario que ha revoloteado en mi cabeza mientras escuchaba una y otra vez la discografía de Robe y de Extremoduro. Es broma "-claaaaro-", ésta es la canción protagonista de hoy, ¿ya la conocíais? :D
Esta melódica y poética canción -para mí- encierra en su letra una historia de amor y conflictos internos. Un tema nuevo, ¿eh? Para interpretarla de esta manera -aunque ya sabéis que cada un@ podéis entenderla como queráis- solo necesitáis golpearos la cabeza con decisión un par de veces. Ahora en serio, a mi me ha encantado volver a coger una canción y ver qué era capaz de provocar y proyectar el arte en mi papel. Unos diréis que vaya mierda de post, a otros quizá os encante, aunque de todos modos, ya sabéis como va esto, ¿no? "Te Juzgarán Solo por tus Errores".
¿Contrastamos ideas? Levanta vuelo el alcaudón ;)
¿Contrastamos ideas? Levanta vuelo el alcaudón ;)
Como buen guerrero,
para ser sincero,
cuando el cielo está tan azul,
niego que la quiero
y que la echo de menos
y que sueño con su luz.
para ser sincero,
cuando el cielo está tan azul,
niego que la quiero
y que la echo de menos
y que sueño con su luz.
Guerrero arranca con una sección de cuerda y viento que nos introduce suavemente en el carácter de la canción. Tras ella nos encontraremos con la primera de las 339 palabras y con la primera estrofa de una historia dibujada con pinturas al agua.
El protagonista de la historia que nos cuenta esta canción se va a encarnar en un guerrero. Uno de esos valientes luchadores que todos y todas tenemos en la cabeza pero que todos y cada uno de nosotros imaginamos de una forma diferente. Se trata de un personaje o una figura que la mayoría hemos aprehendido de niños y a la cual, sin darnos cuenta, hemos ido añadiendo características con el paso del tiempo. ¿Cómo es el vuestro? ¿Cómo es vuestro guerrero? Una de esas características del "guerrero" que tenéis ahora mismo en la cabeza es -y estaréis de acuerdo conmigo- esa mala manía de negar airosamente que quieren a alguien; esa manía de negar que alguien, sin saber por qué, se ha apropiado del protagonismo de sus sueños.
Pero esa manía está sujeta a la situación, a las circunstancias. Cuando el cielo está tan azul es cuando nuestro protagonista niega toda confesión de afecto. Una confesión que brotará por sí sola bajo el cielo gris desde el que una mirada vacía supervisa la mas letal de las batallas. ¿Cuántas veces el guerrero de frío corazón se ha acordado de la persona que "en secreto" quiere justo cuando siente en la batalla la mirada de la muerte?
Y soñar que acaricio su pelo,
que su boca me vuelve a buscar
que el ayer no se fue entre los dedos,
y que hoy sin avisar
se ha vuelto a presentar.
que su boca me vuelve a buscar
que el ayer no se fue entre los dedos,
y que hoy sin avisar
se ha vuelto a presentar.
Siguiendo con una historia que acaba de empezar y con una misma actitud, nuestro guerrero se sumergirá en el pasado, en unos recuerdos que recurrentemente añora. Se sumergirá en el enorme mar del ayer, donde puedes bucear y contemplar las horas de vídeo pasadas o en el que te puedes ahogar intentando atrapar aquellos momentos que te rodean pero que se te escapan entre los dedos al intentarlos recuperar. Horas de vídeo pasadas que han vuelto para repetir una historia de diálogos aún por redactar.
Como buen guerrero,
que me importa un bledo
todo lo que no sea luchar
Las tres primeras palabras de la canción vuelven a presentarse ante nosotros para, con la misma fuerza de la primera estrofa, volver a animar esa imagen del "guerrero" que aletea desde niños en nuestras cabezas.
Esta vez la característica que Robe apuntará a nuestro protagonista es esa aparente indiferencia por todo lo que no sea batalla o lucha. Cosas de esa frialdad pulsante de color encarnado.
Contra el enemigo
que vive conmigo,
hasta hacerle claudicar.
Estos tres versos están unidos -mejor dicho son parte- de la estrofa anterior, pero los he separado para hablar de dos intervenciones alternas que van a estructurar la canción a partir de aquí. Se trata de una discusión interior en el que la línea principal -y optimista- de pensamiento tendrá que rehacerse en dos ocasiones de dos decaídas anímicas. Se trata de una misma estrofa que veremos como en dos ocasiones escribe un punto y final a la historia que la línea principal continúa narrando y argumentando.
En esa estrofa, en esas dos recaídas anímicas, es donde podremos encontrar al mas temido enemigo del guerrero: "el enemigo que vive conmigo". ¿Qué clase de guerrero sería sin un conflicto interior? ¿Qué sería sin fantasmas emocionales?
Y al compás que se mueven las olas,
ir bailando hasta el amanecer.
Y apurar hasta la última gota,
por si acaso, después,
nunca te vuelvo a ver.
La cuarta estrofa contiene dos símiles amorosos por medio de agua que se hacen muy empalagosas de comentar. Salvando esto, las olas podríais sustituirlas por... "nuestros corazones", pensando que son las que al final van a bombear la última gota del agua hecha sangre -mediante estrofas y no magia- por Jesucristo García.
Esta otra estrofa está inundada por símiles como los de la estrofa anterior.
Vente a esta orilla,
que hay marejadilla mi amor.
Que con el ruido del agua
me sale mejor.
Esta otra estrofa está inundada por símiles como los de la estrofa anterior.
Entre las dos orillas que el agua siempre separa, suceden cosas que hacen que ésta se agite. El agua, camino insalvable, parece juzgar qué debe llegar y qué no de una orilla a otra, aunque son los propios hechos y las propias palabras las que alcanzarán la otra orilla o las que se hundirán en el intento por su propio peso (o por culpa del rocío). Aquellas letras que salven la marejada y lleguen al otro lado serán las que -con un grave latir de fondo- parezcan salvar las invisibles barreras y acerquen a las enamoradas orillas.
Iba oyéndole, iba oyéndole,
Iba dándole, iba dándole,
Iba oyéndole, iba oyendo el ruido del mar.
Iba estándome, iba estándome,
Iba haciéndole, iba haciéndole,
Iba estándome, no dejando al tiempo pasar.
Estas dos estrofas escenificaran la continuación de ese momento sobrecogedor que nos ha dibujado la anterior estrofa. Unos compases en los que nuestro guerrero -no sabemos si onírica o físicamente- finalmente ha alcanzado la otra orilla. Además supondrán un curioso cambio rítmico que parece tener por patrón al sístole y la diástole vasculares. Sí, fijaos en el ritmo que lleva el bombo en torno al 1:54. Dos estrofas que reflejan -también musicalmente- el ruido de ese agua que tanto se acelera con la compañía adecuada.
Puede que ni me siente bien
ni me sirva de consuelo,
saber que nunca va a volver
y que solo ha sido un sueño.
ni me sirva de consuelo,
saber que nunca va a volver
y que solo ha sido un sueño.
Y será finalmente en la octava estrofa donde nuestro guerrero se topará con la primera de las dos recaídas que anunciábamos al "principio" del comentario. Tras una de las dos partes mas sobrecogedores de la canción, sus pesimistas fantasmas aparecerán vestidos de realidad para enterrar una historia que según ellos dejó de escribirse hace mucho tiempo. Una jarra de agua fría al idílico aunque arduo relato del guerrero que supera su propio ser para confesar lo que realmente quiere. Una visita esperada de unos fantasmas quizá más reales de lo que yo mismo planteo aquí. Su peor enemigo -en palabras de Robe- es el que vive consigo.
Del desfiladero,
No os voy a dejar pasar.
A este matadero,
No hemos venido a mirar.
Y el punto y final al comentario de la letra lo voy a colocar en esta estrofa. Aunque tras ella vendrán otras 8 en las que nuestro guerrero se reafirmará en su línea de pensamiento principal como respuesta exaltada a los fantasmas "del fin". ¿Pero, y esta estrofa? Los dos primeros versos son toda una confesión, una rebelión directa contra sus fantasmas, contra esos enemigos que viven consigo y que se empeñan en escribir un punto y final en los párrafos pasados de una historia -al parecer- aún sin acabar.
Los dos últimos versos (ya por pura intuición tras años escuchando música de Robe) seguro que, al igual que yo, los habéis relacionado con otra idea. Una idea donde "matadero" es el nombre que se le da a ese lugar o estado etéreo que transcurre desde que nacemos hasta que -según la estrofa- cumplimos.
Contraportada del libreto del álbum Lo que Aletea en Nuestras Cabezas (2015) |
Y hasta aquí el post de hoy rockeras y rockeros. Seguiremos a la espera de que Robe y los cinco fantásticos músicos que le han acompañado en esta aventura nos vuelvan a sorprender pronto con material nuevo. Por nuestra parte, ojalá vosotr@s hayáis sido los sorprendidos por este post. Como siempre sabéis que estaremos encantados de que nos digáis lo que sea que opináis de este post: desde "Hostia! Qué bueno." hasta "Menuda mierda, ¿y para esto un mes?". Todas las vías abiertas para lanzarnos piedras: Twitter (@aplicatealrock), Facebook e incluso Instagram.
Os esperamos, y gracias por visitarnos. ¡Mucho rock!
2.283 palabras y nunca me he rendido
porque si pierdo
¿para qué quiero estar vivo?
porque si pierdo
¿para qué quiero estar vivo?